Seré concreto.
Un gran amigo hizo un documental. Lo vi y le escribí una retroalimentación. He aquí el enlace para verlo y a continuación la carta que le envié apuntando sobre lo que allí encontré.
No es más.
"De Culto"
Documental.
Dirección: Andrés Felipe Archila
Duración: 11:44
http://www.youtube.com/watch?v=WWy1Kgw6ASc&feature=channel&list=UL
Pipe:
Todo lo que a continuación menciono lo hago desde mi punto de vista de espectador cotidiano y bajo la lectura que la película misma me sugirió cuando me senté desprevenido a ver qué me ofrecía la pantalla. Decía algún tipo (tal vez yo mismo), que lo interesante del juego cinematográfico es que tienes al espectador en tus manos inmovilizado frente a la pantalla y no puede hacer nada, pero el espectador tiene en su mente la película atrapada bajo su percepción y uno no puede hacer nada. Ahí está el juego de la sugestión, de saber que sugiero, y qué construye la mente por sus propios medios.
Helo aquí:
El documental (en general) debe apelar a ciertos elementos para mantener al espectador atrapado, ya sea el subtexto que como realizador quieres exponer, ya sea la belleza estética que la fotografía te puede proporcionar, ya sea un montaje atractivo, ya sea un hecho estremecedor, ya sea una tergiversación interesante de la realidad o lo que sea. Hay que apuntarle a alguno de ellos.
Hasta el minuto quinto se logra entender un mensaje que inicialmente parece claro:
El documental transmite tedio y desvirtua el monólogo insoportable de un puto-cura cuyo mensaje se va convirtiendo con el pasar de los planos, en una retahila de citas, pastores y apóstoles que se torna incomprensible luego de un momento. Hasta ese punto el subtexto está claro y es contundente (pese a la densidad audiovisual a la que hay que someterse para sentirlo), digamos que se emplea el recurso de involucrar al espectador en el contexto en que están transcurriendo las acciones y hacerlo padecer para poder ganar el premio mayor (El conejo no viene fácil, no todo puede ser gratis en esta vida).
Luego de un momento empezamos a asistir a un rito y se transforma en un documental de contemplación (es decir que empezamos a ver desde un punto de vista más o menos objetivo lo que está sucediendo en la iglesia, creo que ahí hay una ruptura con lo que venía sucediendo anteriormente: lo de la somnolencia, lo del sopor en el templo, lo del cura aburrido e insoportable).
Para ser más preciso siento que se plantean dos discursos distintos y una partición clara: uno, hasta el punto en que la mamá sale con su pelaito de la iglesia (quizá porque el niño está aburrido y empieza a hacer bulla) y de ahí en adelante se empieza a hacer un registro fiel de la ceremonia.
En esa primera fase (esto es lo bonito de los primeros cortes fílmicos y del documental, que se pueden hacer sugerencias de montaje con el material que ya existe a diferencia de la ficción, donde si tus actores no dieron la talla no hay nada que hacer) yo sugeriría ser más evidente con lo que se quiere decir, no porque el espectador sea burro y no pueda leer su propio mensaje, sino porque el espectador quiere verlo más de frente y se regocijaría en el morbo de ver al viejo cabecear, de ver al niñito mirar a todas partes, de ver un infeliz en el segundo piso rascándose la cabeza con una jeta de inquietud que devela un sinnúmero de problemas en su hogar que el puto-cura no puede resolver... Con ese material se puede mostrar una misa dormida, un público ausente y que asiste a ese evento por pura inercia y temor a un dios que nunca han visto. Encuentro en ese letrero de "Estén despiertos" un leitmotiv interesante para un documental de ese corte estético que roza inclusive alguos planteamientos de videoarte.
La segunda mitad, es un preámbulo que hace que el espectador empiece a desear un final sorprendente que rompa con todo lo anterior, en efecto se logra. Me habría dado mucha rabia que la película cerrara sin decirme alguna vaina clara que se volcara sobre lo que se ha construído en el 90% anterior de la peli. Pero lo obtuve.
El planteamiento estético supone un reto para el espectador, dado que creo que hasta la ruptura que menciono, logras involucrar al espectador en una vaina inmamable de la que a veces se quiere salir corriendo, a decir: tenemos una voz adormecedora acompañando la imagen todo el tiempo, tenemos un recuadro reducido y en blanco y negro que generan cierta claustrofobia y alguna incomodidad (a mi juicio deliberada y bien lograda), tenemos unos personajes hacinados e inquietos. No cabe duda que hay mucho de contemporáneo en la estética del filme.
La peli me gustó. El cierre satisface las pulsiones que la película completa ha generado a lo largo del tiempo, yo sentí una placidez cuando todos esos mortales salen de nuevo al mundo con música ligera y farreadora, quizá van a drogarse o a seguir durmiendo en sus casas igual de grises que la iglesia de la que han logrado huir.
Nix asados.
Me tramas.
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